POLÍTICA

Hoy hablaremos de política en este programa, ese mal necesario destinado a crear portadas en los informativos, uniforme estrecho de las emisoras que nos presentan dos realidades antitéticas. La deformación del consenso. Las reglas de un juego pérfido cuya meta es llegar al poder.

Ya nos los dijo Louis Dumur:

“La política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos”.

Pero cabe entender una visión más romántica, si se me permite mezclar romanticismo y política, de esta pelea de gallos con traje de Armani, porque hasta los comunistas viajan en BMW. Cánovas del Castillo señaló que:

“La política es el arte de aplicar en cada época aquella parte del ideal que las circunstancias hacen posible”.

Cánovas vivió otra forma de hacer política, entonces el orador parlamentario todavía creía en un ideal, y adornaba con retórica una dialéctica sublime, un auténtico ejercicio de oratoria en que se intentaba convencer, y no aburrir al respetable con dislates de vacuo contenido como nos tienen acostumbrados.

En la antigua Grecia, llamaban idiotas a las personas que no se metían en política, personas aisladas que no se ocupaban de los asuntos públicos obsesionados por las pequeñeces de su casa y sus intereses privados, poco ha cambiado desde entonces, salvo que ahora los idiotas también se ocupan de la política. Pero no por la necedad de nuestros representantes, qué también, sino por la defensa de sus intereses privados por encima de su deber como cargos electos.
Después de todo, “La política es la conducción de los asuntos públicos para el provecho de los particulares”, como indicó Ambrose Bierce

En cierto modo, no siempre estamos en condiciones de criticar de forma legítima, cada vez hay más idiotas, como decían los griegos, que no ejercen su derecho a participar en la política a través de un voto, idiotas que pretenden arreglar sus problemas en la universidad con los brazos cruzados.

Arnold J. Toynbee les recordó que:

“El mayor castigo para quienes no se interesan por la política es que serán gobernados por personas que sí se interesan”.

En España, padecemos uno de los peores gobiernos de Occidente, cuyas restricciones a la libertad han alcanzado ya hasta al tinto y la cerveza de las doce. Un casi monopolio mediático, al que acompaña la televisión pública nos bombardeará con los mensajes del Régimen como hiciera el Gran Hermano de Orwells, antes de que existiera Tele5.

Tal vez sea lo que nos merecemos, por idiotas y despreocupados, por darle más importancia al fútbol y la televisión que a la vulneración de las libertades, pan y circo que decían en Roma.

Esto sucede porque “En política, lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno” como dijo Honrad Adenauer.

Las elecciones se acercan, y de nuevo nos toca elegir entre los que no tienen simpatía y los que no tienen ideas, es el siglo del marketing, ya no hay forma de romanticismo que los americanos no hayan llevado a Hollywood. Aunque ya no podamos ver toros en Barcelona, echar un cigarrito en la cafetería, tomar una cerveza al aire libre o tener una memoria histórica individual, de momento podemos votar, así que no seamos idiotas y acudamos a las urnas, porque como advirtió Charles Bukowski

“La diferencia entre una democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes votar antes de obedecer las ordenes”.

No hay comentarios: