TELEVISIÓN 4 dic

Hoy hablaremos de televisión en este programa. La televisión, logro de la ciencia y el estudio, explosión de colores en una pantalla que muchos han cambiado por el arcoiris.

La televisión como la definió David Frost, como “ese invento que permite que seas entretenido en tu salón por gente que nunca tendrías en casa”.

Al final en eso han quedado incansables horas de investigación, en un cubo en el que se apoyan retratos, un recipiente similar a los contenedores de basura que aparcan al final de la calle. Mezcolanza de canales de colores al servicio del consumidor, para que cada uno pueda elegir el material que prefiere reciclar.
Éxito del progreso, clave de nuestra civilización, el más cómodo animal de compañía, al fin y al cabo para muchos un referente didáctico, ya lo dijo Groucho Marx, “Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro”

Es curioso, como este inofensivo cubo al que miramos más a los ojos que a la gente que queremos, se ha convertido en esencial en nuestras vidas. Debe ser que después de todo, no está tan mal, la televisión asume encantada ser la responsable de la pésima educación de los niños. Nos muestra tal como somos, y es como señaló Federico Fellini:
“La televisión es el espejo donde se refleja la derrota de todo nuestro sistema cultural”

Esto es muy importante porque, en realidad no es más que un espejo, no fabrica violencia, no emite abusos, no divulga la ignorancia de charlatanes y alcahuetes. Son los dueños, los directores de los programas los que eligen el menú el día. Y, por desgracia suele ser comida basura.

Ya nos lo indicó Jaime Armiñán “la televisión no es culpable de nada. Es un espejo en el que nos miramos todos, y al mirarnos nos reflejamos”
Realmente es una lástima, ver grandes medios transformados en poco más que vertederos públicos, ver diarios que se dicen independientes convertirse en boletines oficiales del poder, observar como desde la política se reparten medios, se presiona a emisoras, sólo porque no les conviene lo que escuchan.


Por desgracia, los medios se han convertido como indicó Honoré de Balzac en “una tienda en que se venden al público las palabras del mismo color que las quiere”

De comités audiovisuales, de licencias amañadas, de sentencias que no se cumplen, de periodistas coaccionados. De todo eso, casi nadie habla. En algunos medios que se dicen privados los cargos son públicos, y han olvidado, si es que algún día las leyeron, las palabras que escribió Joseph Pulitzer:

“La misión del periodista de investigación, no es otra que la de trazar con sus palabras una rendija en la vida de los dirigentes y desde allí, junto al lector, ponerse a husmear y controlar; despojar a los líderes de su poder, aunque más no sea fugazmente, y de tal modo humanizarlo. Ayudarlos, en fin, a recobrar su mortalidad, que también es la nuestra”.

El fin de los medios, su objetivo ideal, es necesario, “la prensa es la artillería de la libertad” citó Hans Dietrich.
Lo realmente necio, es tener la oportunidad de ser escuchado, la suerte de poder decir algo y no aprovecharlo para tocar el corazón de las personas, para intentar crear una sociedad mejor.

Y desde aquí, debemos intentar hacerlo, después de todo tenemos suerte, Umberto Eco dijo que “Hoy no salir en la televisión es un signo de elegancia” .

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