VIDA

Hoy hablaremos de la vida en este programa, impávida travesía repleta de seres y estares embotellados en una realidad fascinante. Realidad en la cual no representamos más que los trazos aleatorios que dibuja un pétalo envuelto en la ventisca. Fascinante porque solo somos eso, fascinante porque eso es lo más grande que podemos ser.
Al final nuestros anhelos no son más que cada uno de los granos de arena del reloj que mide nuestra existencia, y es que como señaló el ensayista Kalil Gibran: "Es la vida la que da a la vida, mientras que vosotros, que os consideráis donantes, no sois más que testigos".
He recogido en las páginas de este cuaderno de bitácora, pequeños fragmentos de grandes hombres, citas y reseñas, pétalos que el papiro preservó de la erosión del tiempo. Hombres a los que su palabra hizo inmortales.
Hermann Hesse dijo que "La vida de cada hombre es un camino hacia sí mismo, el ensayo de un camino, el boceto de un sendero".
Sendero, sin camino de vuelta que hemos de aprovechar al máximo, exprimiendo cada instante que nos han regalado. Pues nuestra vida como advirtió Séneca "es como una comedia; no se atiende a si es larga, sino a si la han representado bien. Concluye donde quieras, con tal de que pongas buen final".

Cuando toda la propaganda mediática nos inste a acomodarnos en el sofá durante de horas, a seguir las reglas predeterminadas, a pasar por cada etapa de la vida sin dejar huella.
Pensemos en la cita de Robert Louis Stevenson que nos dijo que:
"Vale más vivir y morir de una vez, que no languidecer cada día en nuestra habitación bajo el pretexto de preservarnos".
Mientras nos empeñemos en pasar desapercibidos, matando neuronas bebiendo litros de televisión o en muchas ocasiones relegando nuestra juventud a sacar una carrera, habremos conseguido que nuestra voz no se escuche, que otros criterios se impongan, no porque no tengamos medios, sino porque no queremos usarlos.
Hemos olvidado, como citó Jaques Rouseau que:
"El hombre que más ha vivido no es aquel que más años ha cumplido, sino aquel que más ha experimentado la vida"
Y es que al final, como dijo Oscar Wilde, "Vivir es lo más raro de este mundo, pues la mayor parte de los hombres no hacemos otra cosa que existir"

Acomodados, empeñados en dejar la responsabilidad a otros. El hombre se ha perdido entre la masa abanderando el ideal del conformismo. Ya no nos debería importar lo que somos, sino lo que queremos que otros sean mañana. Pues como señaló Einstein:
"La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa".

La vida, nada tenemos más valioso, porque nada tenemos si la perdemos. La vida como ese ciclo infinito en el que recibimos y damos, en el que aprendemos y enseñamos.
"Alégrate de la vida porque ella te da la oportunidad de amar, de trabajar, de jugar y de mirar a las estrellas" dijo Henry Van Dyke.

Rebuscando en mis cuadernos llegó a mis manos un fragmento de una poesia de Omar Kayan, en ella decía: "Entre la fe y la incredulidad, un soplo. Entre la certeza y la duda, un soplo. Alégrate en este soplo presente donde vives, pues la vida misma está en el soplo que pasa."

Tal vez empiece a sentirme como el hombre que narraba Hemmingway, "ese hombre que ha empezado a vivir seriamente por dentro, y empieza a vivir más sencillamente por fuera".
Porque cuando nuestros cuerpos se rozan y matamos el silencio con un beso, cuando hay un niño de grandes ojos azules que no te deja de observar y solo puedes sonreírle, cuando vuelve un amigo que extrañas, cuando regresas a casa y te están esperando, cuando sientes el cosquilleo en el estómago antes de dar todo ante los demás…
A veces pienso que todo funciona, a veces que nada, pero como dijo Albert Einstein
"¿Qué sabe el pez del agua donde nada toda su vida?".

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